El valor de los campos argentinos subió este año un 20%.
El fenómeno se da a pesar de la caída de la renta agrícola. Compran inversores locales y extranjeros.
Quinientos dólares. Eso es lo que ha subido, en promedio, cada hectárea de campo productivo de la Argentina en lo que va del año. Esta situación marca un fenómeno económico difícil de explicar, porque mientras la rentabilidad de la agricultura pampeana cayó bruscamente respecto de 2004, debido a la baja de los precios, el valor de su principal activo marcha en sentido contrario.
Esta notable revalorización no hace distingos: suben los campos maiceros (ideales para soja), los trigueros, los ganaderos (tanto para cría como para invernada).
Según los registros que lleva la Compañía Argentina de Tierras, una de las inmobiliarias especializadas en el rubro, en todos los casos se superan con holgura los valores previos a la devaluación. Un buen campo agrícola ya cotiza a 8.000 dólares por hectárea, cuando el promedio de la última década se ubica en 4.000 dólares.
La foto actual del mercado muestra lo siguiente : mucha gente interesada en comprar los escasos campos que salen a la venta.
Hay muy poca oferta; y siguen sin aparecer opciones tan seguras como la tierra para que la gente invierta. El banco todavía no es opción: allí se guardan 50.000 pesos, pero no 3 o 4 millones.
La tierra, es un negocio de inversión, porque quien compra un campo por un lado busca una renta, pero por el otro pretende proteger su capital. Quienes buscan campos, más que en los pesos que pueda dejarle la soja o las vacas, están pensando en preservar su dinero.
“Hay un gran desprestigio del sistema financiero, no solo aquí sino en todo el mundo. Y la renta que ofrece es muy baja, incluso por debajo de la inflación norteamericana. En la Argentina tampoco hay negocios de largo plazo, no esta claro el panorama para otros rubros, como la industria y la minería. Por lo tanto, quien tiene dinero invierte en algo seguro, que es el campo”, puntualizo Frenkel Santillán, vicepresidente de Bullrich Campos.
Seguridad es lo que buscan los inversores al comprar un pedazo de tierra.
Francisco García Fiorucci
Licenciado en Economía
francisco@llaullincampos.com
Enero de 2006
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